Tiró 50 veces a la canasta y falló más de la mitad de las veces. Le dieron todos los balones. Seguramente mañana su cuerpo le va a reclamar haber jugado tantos minutos. Los Lakers no se jugaban nada, pero hoy jugaron solo para él. Solo por la fiesta. Solo por el recuerdo. Solo por Kobe. Porque si el mismísimo “Magic” Johnson lo nombró el mejor jugador en la historia del equipo, había que jugar para él. Y él respondió.
Los Lakers terminaron la peor temporada de su historia, pero que será más recordada por la noche del 13 de abril en el Staples Center. No hubo trofeo de por medio, pero los 60 puntos de Kobe Bryant y la remontada en los minutos finales, bien valen el campeonato cinco y medio para el 24. Para su líder. Para el Black Mamba.
Les he visto ganar seis campeonatos. Los últimos cinco con él. Solo en esas ocasiones me sentí tan feliz y orgulloso del equipo que elegí porque “Magic” Johnson.
Hay noches en que se ganan trofeos. Hay noches en que se gana la inmortalidad.
Gracias por hoy. Gracias por todo. Gracias por siempre, Kobe Bryant.